El primer día de excavación del curso, después de un
desayuno que proporcionó algo más de proteína animal a nuestras reservas,
necesaria, por otro lado, para la larga subida al castillo, Francesc Busquets
explicó in situ a los alumnos las distintas zonas excavadas hasta el momento.
Los miembros del GROB, entretanto, dividieron la zona a excavar durante el
curso en seis subzonas, cada una de ellas dirigida por un miembro del equipo:
Dominika Nociarová, María José Adserias, Barbara Baldino, Josep Liria, Gemma
Prats-Muñoz y Assumpció Malgosa. Cada uno de ellos se encargó de orientar a un
grupo de alumnos compuesto por cuatro o cinco personas.
Llegada a la zona del Castell de Besora.
La iglesia del castillo explicada por Francesc Busquets.
GROB organizando la zona de excavación.
A pesar del sol de justicia, la excavación se inició con
muchas ganas por parte de todos los participantes. En primer lugar, se tuvieron
que rebajar grandes montículos del terreno, en los cuales se encontraron muchos
fragmentos de todo tipo de huesos aislados, probablemente provenientes de
enterramientos antiguos revueltos por enterramientos posteriores.
Grupo de Assumpció Malgosa.
A pesar del gran número de fragmentos aislados, tres cosas entraron
en sinergia para reconfortarnos a todos: el almuerzo, consistente en coca, fuet
y chocolate, el hallazgo de un esqueleto articulado prácticamente completo, así
como de varios cráneos que podrían también formar parte de individuos completos,
y el hallazgo un dado de hueso muy bien conservado.
Primer esqueleto completo de la excavación de este año.
Dado de hueso recuperado.
A la hora de comer, bajamos hasta Santa Maria de Besora.
Algo más de vino, cerveza, proteína animal y buenos postres nos recargaron las
pilas y nos prepararon para las presentaciones de la tarde. A pesar de ir con
cierto retraso, pues ya se sabe que la sobremesa es imprescindible
para el buen funcionamiento neuronal, pudimos escuchar a Francisco Etxeberria
hablándonos sobre cómo reacciona el hueso ante lesiones traumáticas y sobre
cómo podemos distinguirlas de otro tipo de alteraciones. En este sentido, la
importancia de diferenciar entre fracturas perimortem y alteraciones postmortem
fue recalcada, pues durante la excavación se deben tener en cuenta varios
aspectos que serán determinantes a la hora de concluir qué es una lesión
traumática y qué es producto de una alteración tafonómica.
Comida en Santa Maria de Besora.
Conferencia de Francisco Etxeberria.
Ignasi Galtés expuso una serie de ejemplos de casos forenses
para explicar qué podemos ver en un cadáver reciente que ha sufrido una herida
contusa o por arma blanca, y qué señal puede llegar a dejar esa herida en el
hueso. Finalmente, Albert Isidro presentó unos cuantos casos clínicos y explicó
cuál era su origen más probable con la ayuda de los asistentes.
Muestra de huesos de extremidad superior con distintas lesiones.
Después de una ducha rápida para quitarnos el polvo de las
orejas, cenamos ligero (lo digo por las patatas rellenas), rebajamos con vino,
y cada oveja a su corral, que la antropología requiere un grado importante de
descanso.
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