El último día de excavación nos recibió con un
clima más benigno, y durante la ascensión al castillo más de uno temió que
sería un día pasado por agua. Afortunadamente, aunque hubo una leve llovizna
durante unos minutos mientras excavábamos, la cosa no pasó a mayores y pudimos
trabajar bien, sin unas temperaturas tan elevadas como en días anteriores.
Evidentemente,
tocó recoger los esqueletos que se habían ido sacando, y como no podía ser de
otra forma uno de los hallazgos más interesantes se produjo a última hora
(maldito Murphy!), con las consiguientes prisas para limpiar los restos de
tierra y poder sacarlo sin dañar ninguna pieza ósea. Se trataba de un individuo
adulto femenino que presentaba una calcificación pleural, espectacular, en la
zona costal derecha.
La llamativa calcificación in situ.
El doctor Josep Liria afirmó que se trataba de
la primera de este tipo que había visto. Para poder establecer un diagnóstico,
sin embargo, hará falta estudiar los restos con mayor detenimiento.
Aparte de lo dicho, se siguieron encontrando
algunos otros objetos, como una moneda en la que nos pareció ver dibujada una
estrella. Será necesaria limpiarla para estar seguros.
La moneda y el dibujo que se intuye.
Y así, con cansancio acumulado pero
satisfechos, tapamos el yacimiento con lonas, que permanecerá así hasta la
siguiente edición del curso, recogimos nuestros bártulos y descendimos la
montaña.
Entre emotivas despedidas, nos separamos para
seguir cada uno su camino pero con un grato recuerdo por lo aprendido y agradecidos
por haber conocido a personas de diversos ámbitos con las que quizás nos
crucemos en el futuro, quién sabe si en una próxima edición del curso.
Muchas gracias a todos.
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